Felipe II y Toledo

Autor: Ángel Sánchez Coronado

¿Cuáles son las causas por las que Felipe II decidió abandonar Toledo como capital de su reino y trasladar su Corte a Madrid en 1561? Las teorías son diversas y dispares y algunas de ellas, además de peregrinas, descabelladas o poco afortunadas. En el presente artículo se exponen las que se han dado a lo largo de los tiempos. Muy posiblemente no haya una única razón, sino una conjunción de ellas. Aquí exponemos una nueva y distinta que podemos añadir a alguna otra de las ya emitidas con anterioridad.

 Ángel Santos Vaquero

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Ruta turística toledana: de Puente a Puerto

Presentación crema de mazapán IV Centenario de El Greco

La Sociedad de Eventos Culturales El Greco (www.elgreco2014.es) y la empresa Licores Caro S.L. (www.licorescaro.es) presentarán un nuevo producto elaborado para la ocasión de la celebración IV Centenario El Greco. Se trata de un licor denominado Crema de Mazapán, cuyo principal ingrediente es la almendra toledana. El acto de presentación tendrá lugar el próximo miércoles 26 de diciembre a las 19h en el Hotel San Juan de los Reyes, de Toledo. El acto será público y habrá degustación de la crema de mazapán.

Esta iniciativa se enmarca dentro de las acciones puestas en marcha por parte de la Sociedad de Eventos Culturales El Greco para la creación de una familia de productos selectos de nuestra tierra vinculados a la marca IV Centenario El Greco.

Licores Caro S.L. es una histórica empresa localizada en Yepes (Toledo) dedicada a la fabricación de licores y bebidas espirituosas. Manteniendo el saber hacer de la producción artesanal e incorporando un alto grado de desarrollo tecnológico, Licores Caro S.L. elabora licores y aguardientes de máxima calidad.

 Invitación al acto.

Sociedad de Eventos Culturales El Greco
www.elgreco2014.es
info@elgreco2014.es
606233153

Cuento de Navidad: El poder mágico de un médico frustrado

Confieso que la primera vez que sentí conmiseración hacia mí mismo ocurrió cuando el mundo se me ofrecía como un abanico desplegado, cuyas varillas eran sendas de futuro transitable y posible. Entonces me pregunté por qué no estudiar medicina, pero esa posibilidad duró tan sólo un instante porque: “¡Calamidad! ¿Tú estu­diar medicina? ¿Tú, médico? ¿Sabes lo que dices y a lo que te expones?”, me respondí ruborizado. Al momento pensé en la rítmica circulación de la sangre por todo mi cuerpo y en su mantenida velocidad; en el rítmico bom­beo del corazón, en sus sonoros latidos, que también guardan su ritmo aunque muchas veces pretendan romper la capacidad torácica por razones del bien y del mal, alegres o desa­gradables, y en el golpear rítmico, visible y palpable del centro de las muñecas y de las sienes… Y en algunas noches de insomnio en que me diera por pensar en la sístole y la diástole o en la laboriosa tarea del hígado fabri­cando triglicéridos, almacenando vitaminas y velando, también, contra la cirrosis…

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